jueves, 27 de noviembre de 2014

Si Platón se levantase





 En el día del 11S muchos de los neoyorquinos que presenciaron el desastre no fueron capaces de concebir lo que estaban viendo. Cuando llegaron a sus casas y encendieron la televisión, pudieron asimilar y creer que las torres gemelas habían sido destruidas.
A pesar de que lo pudieron ver con sus propios ojos no fueron capaces de ver la realidad. Esto se podría interpretar como el mito de la caverna de Platón, pero en un sentido inverso. Las personas se evaden de la realidad para volver a la caverna de las sombras, para  entender lo que ellos comprenden como realidad. Después de tanta filosofía, nuestra sociedad ha acabado interpretando como absoluta verdad todas las imágenes que son reproducidos por la televisión, imágenes de una realidad que además pueden ser modificadas de diversas maneras. 

Por la tolerancia y la libertad de expresión




Miguel Servet: español, teólogo y sentenciado por la inquisición.
Fue un intelectual que se interesó por temas como la astronomía, la jurisprudencia, la teología, la anatomía y la medicina. Su aportación más importante fue "La Restitución del Cristianismo" en la cual se hace la primera descripción detallada del sistema circulatorio pulmonar. Otras de sus obras más importantes son "De los errores de la Trinidad" y "Diálogo sobre la Trinidad". Todas ellas son de contenido teológico, en las que hace una serie de afirmaciones rupturistas. En "De los errores de la Trinidad" hace una crítica de la Santísima Trinidad. Después de una serie de investigaciones Servet llegó a varias conclusiones:

1.La Santísima Trinidad no tiene ninguna base bíblica,  sino que fue elaborada por posteriores reflexiones de filósofos:
2.Jesús es hombre porque nació de una mujer a pesar de que fuese un nacimiento milagroso.
3.El Espíritu Santo es la manifestación de Dios tal como actúa en el mundo a través de los hombres.
4.Califica a las personas que creen en la Santísima Trinidad como "ateos" y "triteístas".

Con "Diálogo sobre la Trinidad", el autor tiene el objetivo de despejar dudas sobre su anterior obra.
Como última obra escribió, "La Restitución del Cristianismo", detalla el sistema circulatorio pulmonar, pero a pesar de lo que pudiese ser obvio, la obra está enfocada en un sentido teológico ya que para Servet fisiológico y teológico significaban lo mismo. Según Servet, el alma está contenida en la sangre y el alma era una emanación de la divinidad. Así, podía ser extendida por todo el cuerpo asumiendo su condición divina.


A partir de las ideas que expone Miguel Servet, podemos deducir que se trataba de un hombre de gran ingenio. Seguramente la Inquisición estuvo muy satisfecha de eliminar a un destacado y horrendo hereje. La filosofía de Servet se apoya en una mezcla de ideas procedentes de autoridades filosóficas y religiosas. Se pueden clasificar en dos tipos: los testimonios de las sagradas escrituras y Padres de la Iglesia, como Ireneo y Tertuliano, y, por otra, las filosofías antiguas como las de Platón, Aristóteles y los neoplatónicos. Sin embargo, Servet no es un filósofo interesado en establecer ordenadamente un sistema conceptual que le permita desarrollar una interpretación de la realidad, sino, fundamentalmente, como teólogo, convencido de haber adquirido una sabiduría secreta desconocida por los antiguos filósofos. Su intención era la reforma de las antiguas ideas cristianas, para conseguir la salvación divina.


Si las ideas de Servet se hubiesen extendido por Europa, la Iglesia podría haber perdido credibilidad y tambalearse como un bolo a punto de caer. Servet era, como diría la Iglesia un hereje o, como se diría actualmente, un antisistema. Da igual el nombre que le pongamos. Quería cambiar aquello que se le había impuesto, para dar con una fórmula que consideraba más beneficiosa. A pesar de su desacuerdo con muchos de los intelectuales de su época,  él afirmaba:
"ni con estos ni con aquellos estoy de acuerdo en todos los puntos, ni tampoco en desacuerdo. Me parece que todos tienen parte de verdad y parte de error, y que cada uno ve el error del otro, mas nadie el suyo....Fácil sería decidir todas las cuestiones si a todos les estuviera permitido hablar pacíficamente en la iglesia conteniendo el deseo de profetizar".

Está considerado como el cabeza de la tolerancia y la libertad de conciencia. Gracias a casos como el de Miguel Servet, la libertad de expresión está incluida en nuestra Constitución. Pero,

¿Es posible opinar sin consecuencias? ¿Es lo que nos dicen para que nos sintamos tranquilos?